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jueves, 17 de junio de 2010

SIN DESTINO CLARO, MIL 119 MILLONES DE PESOS, DEL ÚLTIMO PRÉSTAMO GESTIONADO POR MARCELO DE LOS SANTOS FRAGA. LA CUENTA PÚBLICA DEL AÑO 2009, TIENE IRREGULARIDADES POR CASI 3 MIL MILLONES DE PESOS.

  • SIN DESTINO CLARO, MIL 119 MILLONES DE PESOS, DEL ÚLTIMO PRÉSTAMO GESTIONADO POR MARCELO DE LOS SANTOS FRAGA. LA CUENTA PÚBLICA DEL AÑO 2009, TIENE IRREGULARIDADES POR CASI 3 MIL MILLONES DE PESOS. 
  • JULIO HERNÁNDEZ LÓPEZ/EL GRAN TUNAL.
image La Auditoría Superior del Estado (ASE) presentó observaciones a mil 119.1 millones de pesos de los mil 500 millones del último crédito ejercido por la administración de Marcelo de los Santos Fraga.
Esto implica que el órgano fiscalizador pidió aclarar el 75% del préstamo y sólo sobre 380.7 millones no existieron dudas.
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Lo anterior aparece en el informe final de auditoría 2009, cuya copia tiene este medio, en el apartado de observaciones cuantitativas. En total, el documento presenta 208 observaciones, 164 cualitativas y 18 de obra pública, que suman dos mil 772 millones de pesos, el 10% del presupuesto de ese año.
De ese monto, las observaciones al crédito equivalen al 40%.
Ambas objeciones fueron hechas a la Secretaría de Finanzas.
La número 112 suma 557.2 millones de pesos integrados por diversas sumas presuntamente destinadas a los 6 ejes de desarrollo beneficiados por el crédito sobre los cuales “no se proporcionó evidencia que demuestre que estos pagos se destinaron al cumplimiento de obligaciones financieras en materia de inversión pública productiva” de las que hablaba el decreto 819, por el cual se autorizó el crédito y se etiquetó su destino.
La siguiente observación, la 113, señala que hasta el 25 de septiembre de 2006, dos días antes del cambio de gobierno, había un remanente no aplicado del crédito por 561.9 millones del cual “no es posible identificar a cuáles Ejes Estratégicos los aplicó la actual administración (la de Marcelo de los Santos)”.
JULIO HERNÁNDEZ LÓPEZ/EL GRAN TUNAL
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Significados
Es importante no perder de vista la proporción ni los significados. Que Marcelo sea “malo” y un par de sus funcionarios estén sujetos a un azaroso proceso penal no significa una transferencia automática de popularidad, credibilidad y afecto hacia el presunto mandatario “bueno” y “justiciero”, mucho menos si el jaleo actual corre el riesgo de acabar siendo un aparatoso mecanismo de ajustes políticos internos o incluso un distractor intencional de ineficacias y tropiezos.
Una de las obligaciones del gobernante en turno es, en efecto, la de procurar que los dineros públicos sean bien utilizados y que actuales o anteriores desviaciones e irregularidades sean consignadas a las autoridades judiciales para su eventual castigo. Pero esos afanes justicieros no han de ser selectivos, efímeros o ínfimos.
Apenas un toquecito
Y da la casualidad que el manejo político y judicial del caso de los otrora insuflados funcionarios de apellidos Azuara y Picharra es apenas el tocamiento delicado de uno de los pelos delictivos del enorme gato criminal del marcelismo, matriz política de la que surgió el actual mandatario semipriista y fuente de acuerdos con el horacismo que abrió las puertas a la sorpresiva victoria del ex secretario estatal de Salud.
Centrar la atención en el extraño expediente del helicóptero oficial rentado y comprado en dualidades que un proceso judicial definirá equivaldría a extender un doloroso (para dos familias) pero inequívoco certificado de honestidad al marcelismo, pues bendito sería un gobierno de tanta opacidad y presunta corrupción si el único punto judicialmente digno de ser perseguido fuera el de esa operación selectiva, efímera e ínfima.
Mucho más
Cuidar el buen estado de un plato de porcelana en medio de un banquete de saqueo y latrocinios equivaldría a declarar sana la vajilla entera y lícitos los excesos de ingestión que se hubieran cometido.
Dicho de otra manera: es mucho más por lo cual deberá emprender acciones justicieras la administración torancista, y no quedarse en un amago al jefe monetario mediante dos chivos administrativos.
Un trabajo de Juan Antonio González da cuenta en esta misma edición, por ejemplo, del tamaño de las irregularidades observadas en el ejercicio presupuestal de 2009.
Demasiadas huellas
Cierto es que tales irregularidades no significan obligatoriamente que se hubiese dispuesto mal de los recursos públicos, e incluso el sentido de esas indagatorias y reportes también es el de la búsqueda de correcciones y aclaraciones, transacciones estas en las que es especialista el Héroe de Unicrer, graduado en las arcas de la presidencia municipal capitalina y doctorado con excelencia en las del gobierno estatal.
Un contador público sabidamente especializado en el acomodo de número a conveniencia del cliente no debería haber dejado demasiadas huellas propias de saqueos o corrupción, pero sucede que fue tan atropellado el ejercicio de adjudicación de bienes y recursos públicos que las evidencias han quedado impresas en múltiples lados, entre otros en esa Cuenta Pública 2009 que tiene problemas detectados en cuando menos el once por ciento del total.
Complemento necesario
Ha de advertirse, además, la importancia de que el médico Toranzo complemente sus lances judiciales actuales con una recomposición seria y honesta de su equipo de gobierno, conformado originalmente a partir de cuotas y concesiones a grupos empresariales dominantes (a los que parece aún muy entregado el pescador de palacio), a personajes torvos y sombríos que le aconsejan y pretenden manejar, algunos de ellos desde las trastiendas institucionales de administraciones anteriores, y a una mescolanza de nombres y afiliaciones grupales que parecieran haber intentado una oferta múltiple de posiciones al abanico de intereses que presionan y creen legítimo cobrar réditos por inversiones hechas en la empresa de reinstalar negociadamente al PRI en el palacio de gobierno.
Todo quedará en...
Toranzo tiene un componente de conciencia social que lucha hoy entre las aguas de la ineficacia represora, al estilo del licenciado Durón, y las conciencias familiares y amistosas que tratan de evitar que las buenas intenciones se conviertan en uno más de los clásicos empedrados del infierno potosino.
Es de esperarse que, a fin de cuentas, el actual gobernador logre desplegar un sentido justiciero amplio, constante y suficiente, y que aproveche la crisis partidista actual, con un PAN que pretende defender con discursillos la innegable corrupción de su abanderado sexenal anterior, para replantear su proyecto, recomponer su gabinete y relanzar su administración.
De otra manera, todo quedará en una alharaca circunstancial, en un jaloneo para arreglos facciosos, en uno más de los constantes escándalos de la desfondada política potosina.

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